Shock Mexicano
Ya hace 20 días que pisé por primera vez en mi vida el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, sentí el olor particular de una ciudad regida por los contrastes, por gente amable y un sinfín de colores que se nublan por edificios y calles grises. Me supe embarcar en una aventura totalmente nueva, una meta que entraba en mi proyecto de vida pero que nunca pensé que sería tan retadora. Llegar a un país nuevo, donde a pesar de tener culturas semejantes y ese sabor latino todo, es nuevo para mí.
México lo he definido en estos días como un país de contrastes, una metrópoli enorme que junta en una misma calle un extremo de pobreza con la superficialidad de ostentar con lo mejor de la moda; es una primera impresión de un shock mexicano que he percibido desde mi llegada. Una ciudad que muere por la moda, por el lujo y vive del “qué dirán”. Personas trabajadoras, que sin lugar a dudas luchan por mantener un status ya establecido, pero donde la idea de tener más y más es el lema de muchos.
Si es cierto que México es un país de color, alegría y fiesta. Colores que se deben descubrir en las artesanías de su gente, pero que muchas veces se opacan entre muros de cemento e impresionantes edificios que una vez más intentan mostrar el poder mexicano. La explosión de color la pude vivir en Xochimilco, una parte de la Ciudad de México que se asemeja a una “pequeña Venecia”, barcos donde el color brota por definición y la fiesta está presente. Una experiencia cultural que todos deben vivir cuando visiten México, navegar por esos canales y ver a tu derecha como la familia comparte una tarde de tacos y pozole, voltear la vista y a tu izquierda ver un grupo de mariachis con tequila y la mejor fiesta es una vez más tener dos mundos en un mismo espacio. La riqueza de un historia de cientos de millones de años, donde las tradiciones persisten y esa “chispa” en la gente ha prevalecido y es la alegría que todo aquél reconoce cuando viaja a México.
He conocido de a poco Ciudad de México, un lugar inmenso que tiene una riqueza histórica y cultural impresionante, donde se ve el poder y el desarrollo de un país latinoamericano que no por nada tiene el reconocimiento de ser la ciudad con mayor cantidad de museos en el mundo. Un mérito que demuestra esa intención por preservar una cultura, una historia y tradiciones expresadas en arte, música y literatura. Una ciudad que a pesar de estar hundiéndose poco a poco, está construida sobre un lago con todo el significado cultural para grupos indígenas como los aztecas y los mayas. Aquellos fundadores que encontraron la tan buscada águila con una serpiente, sobre un cactus y dieron origen a lo que sería el gran imperio azteca, (actualmente Ciudad de México) y le darían ese toque central a los colores verde, blanco y rojo.
Y bueno en cuanto al a comida, no hay más que decir que ¡DELICIOSA! Una comida que dentro de su simplicidad es exquisita, con sabores fuertes que para amantes del picante y los sabores marcados es un deleite total. Por fin logré comprender la diferencia entre tacos, burritos y fajitas, todo está en el ingrediente principal usado para hacer la tortilla de base. Por ejemplo, en los tacos la harina debe ser de maíz y solo puede tener uno o máximo dos ingredientes, los burritos es la versión tex-mex de las quesadillas donde la tortilla siendo de harina puede tener todos los ingredientes que se desee y se enrolla formando el famoso burrito. Y por último las fajitas siendo una tortilla de harina, es la versión también gringa de los tacos, con solo uno o dos ingredientes. Muchas cosas más por aprender pero por ahora paladar feliz.
Esperen todas mis nuevas aventuras, desde Acapulco hasta Cancún todo lo mejor de México por Hawkish Trend.