Acapulco
Mi primer viaje dentro de México: una experiencia que sin esperarlo fue increíble. Acapulco, conocido como un pequeño Cancún a 7 horas de México DF es un sitio que sin lugar a dudas todos lo que viajen a México deben visitar. Con unas playas maravillosas, donde los atardeceres espectaculares compiten con un mar infinito y el lujo de una ciudad cada vez más grande. Una ciudad que se deja contaminar por ese estigma del <México Peligroso> donde se cree que el narcotráfico y la inseguridad germinaron, tiene varias cosas que ofrecer; por lo menos para los turistas. A pesar de ser la ciudad más peligrosa de todo México intenta contrarrestar ese molesto título con lujo por doquier, donde hay centros comerciales enormes, casinos y las cadenas de hoteles más prestigiosas tanto del país como del mundo.
Luego de un viaje eterno en bus, donde debo comentarles las carreteras están bastante bien y el paisaje es bellísimo, por fin entramos a la ciudad preferida para un viaje cerca la ciudad con vista al mar. Con 7 horas de viaje encima llegamos al hotel donde por sorpresa, a pesar de ser temporada baja estaba plagado de personas haciendo su “check-in”. Con esto en mente, me di cuenta que era un destino querido por las personas aquí y claro está para los jóvenes Acapulco cuenta con el segundo mejor bar de todo México, así que empezaban a valer la pena esas horas de carretera.
Con una vista envidiable al mar, mi habitación de hotel ofrecía absolutamente todo para una estadía bastante cómoda. Ese primer día recorrí la playa, me deje maravillar por un mar increíble y por la noche conocí el que sería el mejor bar que he visitado en toda mi vida. Palladium, localizado en la entrada de Acapulco es el segundo mejor bar después de Coco Bongo en Cancún donde la rumba es fuera de este mundo. Desde su localización en la punta de una montaña, hace que tenga una vista espectacular de todo Acapulco, vista que es aprovechada para ofrecer el mejor ambiente y las sorpresas a lo largo de toda la noche para sus clientes. Con barra libre, esa vista única y la mejor música electrónica/house/techno del momento lo convierten en un bar que hará que tu noche inolvidable. Un recomendado absoluto si deciden visitar esta ciudad.
Al día siguiente me embarque en un paseo en yate bastante chic diría yo, con un yate privado recorrimos toda la costa de Acapulco bajo el sol y hasta que cayó el atardecer. Un recorrido que muestra una vez ese poderío de las personas que han hecho crecer a la ciudad, con casas y mansiones espectaculares con vista y además entrada al mar denotan el lujo y el status que existe. Un paseo que deja ver además la particularidad del entorno natural, donde en medio del Océano Pacífico se elevan formaciones rocosas y montañosas en medio del mar que nunca había visto. Un paisaje natural que terminó con el famoso espectáculo de clavadistas en plena costa de la ciudad. Hombres que arriesgan su vida por propinas, se lanzan desde los picos más altos de formaciones rocosas hacía el mar y son aclamados por miles de personas que se acumulan en la carreta para verlos o desde sus yates se reúnen para ver el show.
Y para terminar un viaje que tuvo todas las emociones, cerramos con la liberación de tortugas en el tortuguero de Acapulco a tan sólo 20 minutos del centro de la ciudad. Un lugar que a pesar de estar tan cerca al centro, cuenta con una playa totalmente diferente, con un ambiente mucho más relajado, donde el agua no es azul cristalina pero la arena si es mucho más suave y menos rocosa. Un lugar perfecto para relajarse antes de viajar de nuevo a la capital, donde disfrute un delicioso taco con camarones y agua de coco que siendo cliché en pleno mar me supo delicioso. A las 5 de la tarde procedimos a liberar tortugas recién nacidas, ayudándolas a llegar al mar e iniciar su vida marina. Fue una experiencia única, donde me divertí al tener una tortuga tan pequeña en las manos y luego hacer carrera con las demás para ver quien llegaba primero al agua y era arrastrada por las olas.
Una ciudad donde siendo mi primer viaje en este país, la pase increíble. Tuve varias experiencias que fueron desde el aspecto cultural, natural y social donde como siempre la cultura mexicana me enseñó miles y miles de cosas.