En la segunda entrega de “El amor en los tiempos de …” es el turno de una aplicación que cambió totalmente el modo de concebir y aproximarse al sexo opuesto, nuestro querido Whatsapp. Una aplicación que transformó de manera abrupta al amistoso y hasta tierno Messenger que todos alguna vez utilizamos, con sus “emoticones” bien particulares y la notificación que a más de uno nos ponía los pelos de punta: “Pepito, ha iniciado sesión”. Una idea que acorto distancias, hizo mucho más fácil la comunicación, pero que además le dio la herramienta estrella a controladoras locas y compulsivas para rastrear tiempo real a sus novios transformó el amor.

Whatsapp un invento notoriamente controversial tiene sus pros y contras en el tema del amor, puede ser lo mejor para las relaciones donde la comunicación es inmediata, pero tiene su parte delicada donde entran los celos, la Sherlock Holmes interna de toda mujer se manifiesta y puede terminar bastantes feas las cosas: por que qué le terminen a uno por Whatsapp creo que se traduce a puñalada trasera nivel ninja.  Sin embargo, hay un cierto tinte lujurioso, pecaminoso y sucio de la aplicación, uno que pocas personas se atreven a confesar que lo practican y son pocos los que realmente lo disfrutan libremente; el conocido sexting. Una palabra que fue el “cabezaso del siglo” la unión de sexo + texto = sexting que traduce texto-sexual o sextear si así se prefiere (de cualquier forma suena como hediondo) un “hobbie” que se acerca más a una manera alternativa de suplir el acto físico como tal y haciendo uso de las palabras le da un picante a la conversación. Aunque no se acerca y nunca suplirá el acto en sí es una manera hasta divertida de jugar con el otro y es ciertamente “EL salvador” de las relaciones a distancia; Skype y Sexting es mezcla necesaria que va empacada en la maleta de todo turista enamorado que deja a su otra mitad tirada en otro país.

Al igual que Tinder, me puse a investigar un poco como se concibe el sexting  en la actualidad, cuántos lo practican y si realmente es algo de que avergonzarse. O sorpresa cuando veo que pocos saben lo que realmente es, un 45% de las personas encuestadas nunca lo ha utilizado y 5% confesó ni saber que era. Pero para ese 50% restante, sí que ha sido la herramienta novedosa, una manera de ponerse picantes y calmar las ganas de alguna forma. Cuando no hay carro por el pico y placa, se está lejos o sencillamente no se puede la cosa física como tal, unas palabritas sucias y el mood  no se desperdicia y algo se hace. Lo que me encantó fue la respuesta que tuve a la pregunta: “Con qué frase iniciaría sexting por Whatsapp?” casi 15 personas directos y sin censura como “tengo ganas, dale” y otros un poco más tímidos con “recuerdas aquella vez, cuando… “, pero respuesta que pensé que nadie se atrevería a confesar que lo había hecho (a pesar de que sé que muchos lo hacen en realidad) fue “directo y con foto incluida” interesante: juzguen ustedes mismos.

Además de esta pregunte me fui de lanzada y pregunté cuál es el “medio” preferido cuando de sexo se trata y debo serles sincera juré que “Tradicional” iba a ser la ganadora pero algunos se desviaron y sin tabú alguno escogieron sexting. Esto debe ser por algo, que sobrepase el deseo de algo físico tipo “sudor y sabanas” a palabras sucias o intento de ellas, es por qué debe tener sus ventajas. Si bien algunos son mejores escribiendo que hablando, puede que aplique lo mismo a escribir que a “actuar”; la verdad es que todo esto es relativo depende de cada relación, persona y hasta la misma perspectiva que se tenga sobre la tecnología.

Lo que Whatsapp ha hecho con las relaciones y el amor han sido pasos agigantados, le ha dado un nivel novedoso a las relaciones en la actualidad donde muchos matrimonios mueren por falta de creatividad, ha creado maneras de decir te amo con un muñeco de ojos de corazón bastante psicodélico y hasta ha creado maneras de ahorrar dinero con llamadas gratis. Pero en cosas del amor, claro que depende de cada quien muchos no ven esta aplicabilidad y otros tantos la consideran una idea loca y hippie, que solo adictos al sexo harían; lo que digo es que la pena y ese conservadurismo extremo está bajando de nivel, una sana relación tiene dirty words incluidas.

¡No hay vergüenza! Porqué sonrojarse si nos descubren palabras sucias en el celular… modo zen y relajados que tener ganas no está mal. Mujeres la próxima vez intenten: “Desnúdate Ramses y hazme tuya!” y hombres: “¡Venga pa aca que SI es pa eso!”.

Saludos,  Hawkishtrend.

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