La moda sostenible abarca muchos espacios, formas y métodos, lograr que una marca se reconozca como «sostenible» totalmente es un proceso largo y debe cumplir con ciertos criterios durante todo el proceso de fabricación de sus productos.

Con esto en mente, les quiero presentar a MOON, una marca local increíble que se dedica en darle una segunda oportunidad a los desechos textiles para convertirlos en algo nuevo (sin necesidad de pasar por procesos industrializados); a través del proceso conocido como upcycling.

MOON nace como una marca familiar (mamá e hija) que se gestó durante pandemia y fue lanzada formalmente en noviembre 2020. Bajo la idea de crear piezas únicas y resignificar los desperdicios textiles, MOON crea bolsos y totebags que se convierten en tesoros. Su nombre surge de las formas circulares que están siempre presentes en los diseños, que aluden además a paisajes abstractos y a formas orgánicas.

Todo el equipo y los proveedores de la marca son colombianos y cuentan con 4 confeccionistas super talentosas ubicadas en Bogotá que llevan a la realidad cada uno de los diseños. Han hecho alianzas con otras marcas locales como Baobab y VANA de las cuales reciben residuos textiles de sus colecciones y en MOON se les da una nueva vida.

El proceso de creación parte de organizar y seleccionar los retazos por tipo de tela, colores y tamaños, luego va todo el proceso de corte y dibujo, donde es Daniela la creadora de todo con tijera en mano la que va cortando cada forma para empezar a configurar el diseño y tener un boceto final. Luego las confeccionistas fijan todas las piezas, haciendo la magia y creando cada bolso que ella misma define como: ARMONÍA pura.

El upcycling es una de las tantas formas en las que podemos ayudar al medio ambiente y ser parte de esa onda de moda sostenible, además tendrás la posibilidad de tener piezas únicas en tu closet.

Como dice Daniela, la creadora de MOON: «la moda sostenible es un reto en muchos sentidos, un reto creativo sobre todo, nos pone a prueba a todos, tanto diseñadores cómo consumidores, nos obliga a salir de la zona de confort y creo que eso solo puede significar cosas buenas».

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