Fotografía: Juan Sebastián López @sebiurbano
Si detener el tiempo o viajar en el mismo es posible creería que Coyoacán es el lugar perfecto donde empezar. A las afueras de la gran capital de México se encuentra esta delegación que logra capturar lo mejor del pasado con esos toques del modernismo y la vida del Siglo XXI.
Coyoacán, lugar que le dio luz y color a la vida de Frida Kahlo, donde artistas, filántropos y amantes de la vida bohemia pasaron sus días en aquellas calles perfectas, rodeados de inspiración por doquier y el mejor café de olla de todo el país fue de mis lugares favoritos en México. A tan sólo algunos kilómetros del ruido y el caos del centro del DF se encuentra esta colonia enorme que reúne a todo tipo de turistas, locales y personas del mundo. Con sus enigmáticas calles, olores y sabores Coyoacán lugar que alberga el tan sonado Museo de Frida Kahlo (casa azul) y cuya fuente principal de coyotes resultan ser dos de los principales atractivos turísticos por visitar.
No es suficiente quedarse con tan solo ver la casa azul de Kahlo, caminar por cualquiera de sus calles es toda una aventura, cada una tiene algún rasgo particular y cada casa se remonta a una época distinta pasando por el barroco, la arquitectura española tradicional llegando así a la modernidad. Sin embargo, el parque principal, los coyotes y todos aquellos restaurantes pequeños alrededor te hacen sentir como si estuvieras en cierta aldea lejana de un pequeño pueblo y no junto a la gran metrópolis de Latino América. He allí el encanto de Coyoacán.
Sus lugares icónicos además de ser la casa azul de Frida y Diego, está la Calle París, su mercado de artesanías, la plaza principal e incluso para los amantes del buen tequila la Cantina Guadalupana tiene todo ese ambiente de las cantinas netamente mexicanas.
El famoso café de olla de El Jarocho es ese toque perfecto con un aroma increíble, todos los turistas salen con su particular vaso blanco de tapa roja a recorrer lo que queda de este lugar, su mercado principal donde el color es insignia y donde puedes encontrar antigüedades únicas de tu viaje. Si bien un café solo no lo es todo, los tacos al pastor junto a la plaza principal y los crepes enormes de nutella tornan el recorrido en algo completo.
Para los amantes de la arquitectura y los paisajes abruptos y diversos las calles de este lugar serían un sueño total. Los colores vivos, las paredes corrugadas, el polvo en la acera y el olor a vida son la mezcla única de un lugar como esté.